domingo, 27 de enero de 2008

¿Y Roger?, ¿Y Rafa?

Esta vez ni uno ni el otro, ni los dos. La final del primer Grand Slam del año ha sido entre Novak Djokovic, número 3 del mundo, y el francés Jo-Wilfried Tsonga.

El camino hasta la final, como no podía ser de otra manera, acabó con unas semifinales en que "Nole" destrozó a Federer, quien dijo de sí mismo "he creado un mounstro que sólo sabe ganar", y otra en que el francés de 22 años borró de la pista a Rafa Nadal con un partido perfecto. Rafa también dijo algo, pero más del tipo: "Pero este tío no puede jugar así siempre", le faltó acabar con un "jopetas!".

Con todo esto, una final emocionante la que se esperaba, al fin, con un jugador que se presentaba en su primera final de Grand Slam, el serbio, y otro, Tsonga, en su primera final como profesional.




Primer set para el francés, segundo para el serbio, tercero de nuevo para Novak, y un cuarto que empezó igualado. Siguió con las molestias de Djokovic en el muslo, requiriendo unos masajes del fisio. No podía correr bien, no llegaba a algunas bolas, pero seguía manteniendo su saque a la perfección. 5-5, y todo por decidir. Mientras Novak llevaba a cabo su ritual en el saque, o sea, botar tropecientas veces, le llaman algo desde la grada. Y cómo no, el serbio se pica, y ya no le duele el muslo. Llegan al tie-break, en que la experiencia de un chico de 20 años es superior a la de uno de 22, y Novak Djokovic se lleva el partido y el campeonato en 4 sets.

Enhorabuena, es un grandísimo jugador, polémico por sus imitaciones y eso. Pero... ¡qué co**nes!, si es que lo hace muy bien.

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