domingo, 15 de junio de 2008

NBA Finals

La derrota de ayer... qué decir...

Vi la primera parte entera en directo. Un auténtico espectáculo.
Comandados por un sublime Lamar Odom, los Lakers jugaron como los Ángeles (menudo juego de palabras ehhh) durante casi todos primeros 24 minutos.

Todos funcionaban con el engranaje perfecto que es Lamar cuando está bien. El único que sobraba era Bryant, quien podía haber estado sentado y no habría pasado nada.

Me voy a la cama cuando Farmar acababa de meter un triple sobre la bocina para dejar la diferencia en +19 (o +17, no recuerdo).

Y me levanto al día siguiente para ver que un tercer cuarto paupérrimo, seguido de un cuarto poco mejor, había condenado a los Lakers a un 3-1 que pesa ya demasiado, más aún sabiendo que quedan dos partidos en Boston, aunque sobretodo por la forma de perder.

24 puntos de ventaja desperdiciados son muchos...

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